Eulalia Romà Santpere tiene 20 años cuando estalla la guerra civil (1936). Hija de una familia de la burguesía barcelonesa, tiene profundas creencias católicas y un alto sentido de la religión y el deber, pero también un espíritu rebelde y poco conformista. Está muy enamorada de un joven y apuesto teniente del ejército al que conoce desde niña, José Bravo, destinado en la Capitanía de Barcelona, y con el que se casa poco antes del estallido de la guerra civil.
Su adolescencia y sus primeros años de juventud los ha pasado en Barcelona, estudiando en colegios de monjas y luego en Perpignan y en el prestigioso Colegio Alemán, en los violentos y agitados años treinta, cuando los pistoleros de la patronal y de los sindicatos tiñen de sangre las calles. No tiene ninguna inclinación por la política, pero le horroriza la irrupción de las masas en la calle, las huelgas y las protestas de la clase obrera, la zafiedad de las clases que la República ha convertido en protagonistas de la historia. Eulalia está muy influenciada por su hermano, seguidor de José Antonio Primo de Rivera, y por su marido y se siente totalmente unida a ellos con los que comparte su idea de la España amenazada por el enemigo interior.